Texto que quise publicar en diciembre y no pude + entrada de marzo.

A veces pienso que no se disfruta la vida con la intensidad con la que se debería. Y es que somos seres con fecha de caducidad. Por ello, cada instante de sonrisas, de amor, de entusiasmo… habría que vivirlo como si fuese el último de nuestras vidas. Pero no siempre se hace así, de hecho, los dejamos pasar y volar ante nuestros ojos, como si pensáramos que no es tan importante, o que simplemente, podría haber sido mejor, o nos perturbase dicha felicidad otro tipo de preocupaciones, de las cuales nos podríamos ocupar más adelante, después de ese momento preciso de felicidad. Y así, pasa la vida, en busca de una felicidad que se te escapa constantemente. Entiendo que habrá circunstancias en las que esto sea muy difícil, pero creo que con el tiempo, se puede adoptar una perspectiva más a fondo del problema, tomarte un minuto para respirar y bajar el pulso, y ver las cosas de otra forma más práctica. Al fin y al cabo, todo pasa, lo bueno y lo malo. Y este podría ser mi resumen del año, intentado ver lo positivo de cada momento, intentando sacar una sonrisa y una actitud positiva, cuando parecía que todo se iba a desvanecer. Intentando no caer demasiado hondo en el pozo, un pozo que parecía no tener un fin. Intentando recordar mi infancia, mis momentos felices, con tintes de nostalgia y melancolía, cada vez que me ponía alguna canción de alguna de mis series favoritas… Agarrándome a un clavo ardiendo para no caer más. Este año he aprendido a ser muy fuerte, a que cuando las cosas me afecten demasiado, siempre mirar adelante, teniendo la certeza de que todo acabará. Y aún habiendo tenido uno de los mayores logros de mi vida, la paz me duró bastante poco, pues tuve que enfrentarme a muchas situaciones desagradables, sin comerlo ni beberlo. Y no, no me las merecía. Estuve intentando resurgir de todas esas sensaciones que hacían que no tuviese siquiera ganas de sonreír. Fue un largo periodo. Con el apoyo de las personas más importantes en mi vida, pude seguir caminando, peleando con lo que me desbordaba día tras día en mi mente. Y cuando, por fin resurgí entre mis cenizas, volví a pegármelas de bruces con la realidad. Volví al pozo, esta vez no tan hondo. Ya me conocía las sensaciones, y esta vez no iban a poder conmigo. Cuando acabó esta pesadilla, volví de nuevo, más yo que nunca, más viva, más práctica, más…todo. Por suerte, fue un periodo más corto. Aprendes, con sangre, de que las cosas que te rodean, no siempre son las mejores; de que la gente que te rodea no siempre son tan buenas como aparentan… He aprendido a ser muy desconfiada de la gente, a no darlo todo a la primera de cambio, a que no me importe lo que la gente piense de mi. He aprendido que a todo el mundo no puedes caerle bien, y que siempre habrá gente que se alegre de tus desgracias. Y es así, en todos los lugares del mundo. Gente buena hay poca, y gente neutra y mala, muchísima. ---------------------------- 04/03/2020 Han pasado tres meses desde que publiqué ese texto. Ahora vivo unos momentos buenos, comodidad, felicidad, bienestar, tranquilidad... Todo lo que uno puede desear. Por fin llegó esa época tan ansiada, sin problemas graves, sin estrés diario, etc. Por fin. Cada día que pasa me doy gracias a mí misma por haberme esforzado tanto estos años y haber llegado a donde estoy hoy en día. Sin mi voluntad y el apoyo de los que más quiero, no hubiese podido estar aquí. Mi trabajo es parte de mi vida, me encanta, me implico y quiero seguir aprendiendo, mejorando cada día. Ser policía no es fácil, pero me gusta. Y este año de prácticas me está ayudando para espabilar, y ser más fuerte que nunca. No me arrepiento de nada de lo que he vivido hasta hoy, aunque lo haya pasado mal en algunos momentos. Aún quedan tres meses, y pienso aprovecharlos al máximo. Pronto llegará otro cambio en mi vida, que afrontaré de la mejor manera posible... Ya jurada...

Comentarios

Entradas populares de este blog

la utopía de la libertad

Cambios?