Malas rachas desde 2018

Casi finales del 2019... Volviendo a leer mi blog, decido seguir escribiendo y no eliminarlo. He perdido la costumbre de ir contando mis cosas aquí. Mucha gente que me seguía ya no está, o simplemente le pasa como a mí, que no escribe. Pero estoy viviendo un periodo de mi vida malo, una "racha" como otros lo llaman. Desde que acabé la universidad, las cosas se pusieron más duras. Y es que te das de bruces con la realidad. Yo por lo menos tenía ya un plan para seguir con mi vida una vez acabada esa etapa universitaria, pero otros compañeros y compañeras no lo tuvieron, y hoy en día se encuentran trabajando, con una carrera y un máster finalizado, en un puesto poco remunerado y explotados. Yo me saqué la oposición a policía nacional, y después de estudiar tan duramente y aprobar, me destinan a la Escuela Nacional de la Policía. Es ahí donde empieza mi "calvario". No tuve mucha suerte con los compañeros y compañeras (algun@s se salvan). Pero sentí los días más tristes de mi vida, sentí que no encajaba ahí, aunque me gusta el trabajo, ayudar a las víctimas e investigar delitos, en ese momento no lo veía. Y así pasé, un día tras otro. A mitad de curso conocí a una compañera que le ocurría algo parecido a mí, y nos hicimos almas inseparables. Sin su apoyo y sin el de mi pareja actual, no sé si hubiese acabado el año de instrucción allí, o hubiese abandonado. Porque me planteé abandonar, después de todo el esfuerzo que eso conlleva. Pensaba que lo primero era ser feliz, y no estar pasándolo mal por un puesto de trabajo. Pero me armé de valor, y seguí. Me aislé en los estudios y en los entrenamientos en el gimnasio. Sólo pensaba en estudiar, sacar mejores notas para tener un puesto por la zona de Madrid, para poder estar con mi pareja y al menos, ese año, vivir juntos. Y así acabé los últimos días de la Escuela, rodeada de gente triste porque no se querían ir, porque querían seguir estando juntos, o porque sabían que hasta el siguiente año, en la jura de bandera, no iban a volver a verse. Y yo, radiante, porque me iba ya de aquella cárcel. Y es así. No supe adaptarme a aquel ambiente, ya sea mi culpa o la de los que me rodeaban, pero no supe. De la única persona que me despedí realmente fue de mi compañera del alma. Y hoy en día la sigo echando de menos. Siguieron pasando los días y los meses y empecé mis prácticas, con tan mala suerte de tropezar con varios pintuzas, que hicieron algunos meses un poco amargos en el trabajo. Pero sigo levantándome, con ganas de que pase todo, y volver a ser la que era. La chica que siempre sonreía, la que tenía ilusión por la vida, por vivir cada momento como si fuera el último. Mi pareja es lo mejor que me ha pasado en la vida. Es una persona increíble. La única persona que me ha demostrado lo que es amar de verdad, ser amado, estar enamorada,y dar el 200% de ti. Sin él, la Escuela hubiese sido un infierno total, y aún estando en la distancia, siempre supo atenderme, prestándome atención, cuidándome cuando tuve días malos... El único que realmente me ha querido de verdad, en toda mi vida. A parte del ámbito laboral, tengo un problema a nivel muscular en los pies, que me impide estar demasiado tiempo de pie y demasiado tiempo andando. Llevo con este problema desde que entré en la escuela, y cada día se me hace un mundo. Nadie sabe exactamente qué es lo que tengo, porque aparentemente no tengo lesión, pero me están tratando, y tengo una leve mejoría. Sólo espero poder ser tan feliz como era antes, porque quiero volver a estar así, con mi familia, mis amigos y mi pareja. Me levanto día tras día luchando contra mi misma, porque una parte de mi no quiere hacer nada, solo estar en la cama, o viendo series. Otra parte de mí, me dice que tengo que seguir mi vida de antes. Entonces es una lucha diaria. Y eso lo sabe poca gente. Espero seguir mejorando conforme pase el tiempo. Ojalá.